Cuando adquirimos un barco, muchas veces olvidamos esos pequeños detalles en el equipamiento del mismo, que son imprescindibles a la hora de poder navegar cómodamente. No nos referimos en este caso a los elementos de confort que a todos nos gustan: toldos, almohadones de bañera, posavasos, etc. Todo eso está muy bien para complementar el placer de navegar pero hay muchos elementos de maniobra accesorios, que son necesarios.
Enumeramos a continuación diversos elementos que consideramos importantes para la maniobra en un barco de vela:
Grilletes. Sirven para unir diversos elementos como, por ejemplo, las drizas a los puños de driza de las velas, las poleas a los cáncamos de cubierta, las gazas de escotas de mayor a la botavara, etc. Conviene llevar, al menos, un grillete de repuesto de cada tipo que utilicemos a bordo.
Mosquetones rápidos. Muy utilizados para las drizas de los foques y del spí, además de en las escotas de esa misma vela. A veces, si trabaja mal o con una carga superior a lo que puede resistir, se dobla el pasador y no se puede cerrar. Por ello no vendrá mal llevar uno o dos de repuesto. Además conviene echarles aceite lubrificante de vez en cuando para que el pasador no se atasque. Hay que tener en cuenta que muchas veces cuando hay que dispararlo, el mosquetón está bajo mucha tensión, y si no corre bien el pasador, será prácticamente imposible abrirlo.
Poleas. Imprescindibles para que las drizas y escotas puedan correr bien, sin rozar, y tener el ángulo adecuado para que no sufran excesivos esfuerzos. Además permiten montar aparejos diversos para facilitar la maniobra en general. Convendría llevar poleas de repuesto de reenvíos de la base del palo y alguna polea de la maniobra del spinnaker, por ejemplo.
Pastecas. Similares a las poleas, pero a diferencia de éstas, se abren por un lateral con lo cual no hay que introducir el chicote de la escota por la boca de la polea. Muy utilizadas para montar aparejos como retenidas de mayor, bozas, etc.
Cáncamos. Normalmente viene instalados sobre la cubierta y en los palos, desde el astillero. No obstante, muchas veces se echan en falta en algunos barcos. Los cáncamos nos servirán para poder atornillar grilletes, enganchar mosquetones de liberación rápida, etc. Conviene que la instalación la haga un profesional, ya que en caso de no fijarlo bien y de no sellarlo correctamente, nos puede dar problemas de resistencia y de estanqueidad.
Manivelas de winch. El número de manivelas que llevemos a bordo va a depender directamente de los winches que tenga el barco. En la bañera no conviene tener muchas manivelas. Normalmente, con una para las escotas de los foques y otra para el piano, será suficiente. Tener más sobre cubierta supone exponerse a perderlas. No está de más que sean de las flotantes, aunque es cierto que suelen ser más endebles y se rompen antes. Con una de respeto que llevemos bien estibada dentro de la cabina, será suficiente.
Cabo fino. Lo que se conoce tradicionalmente como «piola». Viene bien llevar a bordo unos cuantos metros de unos 2-3 milímetros de diámetro, ya que nos servirá para poder amarrar algún elemento de maniobra que pueda haberse soltado. Uno de los ejemplos más habituales son los patines o garruchos del grátil de la mayor, que a veces se descosen y si no tenemos hilo de coser o cincha, se pueden apañar con unas vueltas de cabo fino. También se suele amarrar a las anillas de los mosquetones rápidos, para poder tirar del pasador con más facilidad.
Cincha de trevira. Es la clásica cincha que se utiliza para aferrar la vela mayor a la botavara, una vez arriada y plegada, y también para amarrar un foque sobre cubierta a los guardamancebos para que no se caiga al agua cuando está arriado. Llevar una docena de tiras de un metro y medio o dos, nos puede solucionar muchos problemas a bordo. Además tiene mucha resistencia y con unas cuantas vueltas podría aguantar mucha tensión.
Escotas de respeto. A bordo de un barco de vela, hay muchos metros de escotas y de drizas. Es por ello que cualquiera de esos cabos puede romperse y dar lugar a que no podamos maniobrar adecuadamente. Si es un barco nuevo, podemos tener la seguridad de que los cabos van a durar muchos años. No obstante, con el tiempo los cabos van envejeciendo y ello se traduce en que pierden elasticidad y resistencia. He navegado en barcos en los que había un rollo de escota entero de respeto, pero lo considero exagerado. Llevar un cabo resistente de unos 8 o 10 milímetros (considerando un barco entre 9-12 metros de eslora) puede ser suficiente. Sería bueno que tuviera la longitud de una de las drizas, por si se rompe, poder sustituirla. No obstante, también es verdad que si rompemos una driza y llevamos suficientes en el palo (quizás dos de spí, una de foque, amantillo del spí, driza de mayor y amantillo de mayor) podremos pasar una de ellas provisionalmente.
Herramientas. Aparte de las herramientas que podamos necesitar para la tornillería del barco, por lo menos debemos de tener siempre a mano (recomendable en un cajón localizado), lo siguiente: un par de destornilladores planos, uno grande y otro pequeño; un par de destornilladores de estrella también uno grande y otro pequeño; una llave de grip; una llave inglesa y un alicate. El abre-grilletes, teniendo un alicate, no es necesario aunque es cierto que por su tamaño siempre podemos llevarlo en un bolsillo.
Navaja. La navaja o cuchillo es un elemento que siempre han llevado encima los marineros desde los tiempos antiguos de la navegación a vela. Actualmente se utilizan, preferentemente, las navajas plegables, por su facilidad para guardarlas en un bolsillo. En caso de tener que «picar» (cortar) un cabo rápidamente, si no la llevamos encima, podemos vernos en una situación comprometida. La navaja debería de ir amarrada a una trabilla del pantalón o con un cabo cosido a un bolsillo de la ropa de aguas. Además muchas navajas marineras llevan como complemento un abre-grilletes y un punzón. Importante: tenerla siempre bien afilada y, a ser posible, que esté dotada de seguro para que no se nos pueda cerrar mientras la estamos utilizando, con el peligro consiguiente de cortarnos la mano.
Kit de costura. Para poder coser las rifaduras de las velas y también para el falcaceado de los chicotes de los cabos. Aparte de que existen láminas de dacron adhesivo de diversos grosores, que sirven para reparar pequeños desgarros o cortes en las velas, a veces es necesario dar una puntada a un puño de la vela porque se haya descosido parcialmente o bien para coser un roto entre diferentes paños. También para coser las cinchas a los garruchos de la mayor cuando se descosen. Para ello debemos de llevar varias agujas de diversos tamaños, un rempujo para poder ayudarnos a clavar la aguja, y hilo encerado grueso. Además nos vendrá bien tener un mechero para quemar los hilos sobrantes. Por último, un punzón para hacer gazas en los extremos de los cabos de amarre, podría ser un buen complemento para el kit de costura.
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