Se acerca la fecha en la cual tendremos que adelantar una hora el reloj. Este asunto suele generar opiniones diversas: unas a favor y otras en contra. Realmente habría que analizar qué factores se tienen en cuenta para el cambio de hora, y el más repetido es el beneficio en el ahorro de energía al tener más horas de luz natural.
En realidad, las horas de luz solar son exactamente las mismas y no dependen de que adelantemos o atrasemos la manecilla de las horas dos veces por año. Es más bien un asunto de costumbres en la humanidad. Los animales no conocen lo que es un reloj, pero sí distinguen cuándo sale el sol y cuándo se pone, influyendo esto en sus instintos y costumbres.
En el mar esto es cosa que viene de antiguo porque todo navegante de altura sabe que a medida que navegamos hacia el oeste vamos atrasando horas; sin embargo, si navegamos hacia el este, iremos adelantando horas. Suele hacer gracia también entre los del gremio de mareantes escuchar que alteran el ritmo vital los cambios de horario terrícolas. Debemos tener en cuenta que en un cruce del Atlántico a vela, por ejemplo, se cambia unas cinco veces de hora en aproximadamente dos semanas de navegación…
Cuando navegamos hacia el oeste, el día es más largo puesto que atrasaremos la hora. Se suele repartir entre las diversas guardias este atraso, de modo que cada una de ellas hará unos cuantos minutos más de guardia. Pueden ser veinte o quince minutos, según sean tres o cuatro guardias. Para el que no haya navegado, hacer veinte minutos más en una guardia nocturna se hace duro porque los párpados se cierran sin remedio.
Sin embargo, la navegación hacia el este produce más alegría porque como el día tendrá una hora menos, también las guardias serán algo más cortas al hacer el cambio horario. Además, para los navegantes europeos, supone estar más cerca de casa y eso siempre levanta el ánimo.
En cuanto a adelantar o no adelantar el horario en Europa, en mi opinión debería llevarse la hora según el huso horario correspondiente. No tiene sentido que en España llevemos la misma hora que en Berlín, puesto que la diferencia en longitud es notable. En España deberíamos mantener la hora correspondiente al huso cero, que es el de Greenwich. Es cierto que hay lugares en Galicia que por longitud están en el huso siguiente y deberían llevar una hora menos, pero lógicamente la hora de un país pequeño debe ser uniforme salvo partes de ese país que estén alejadas, caso de las Islas Canarias.
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