Las comunicaciones en el mar se efectúan, principalmente, mediante los radioteléfonos de muy alta frecuencia (Vhf). Estos equipos tienen un alcance limitado pero suficiente para enlazar con estaciones que estén a una distancia máxima de unas 30 millas.
El Vhf nos permite comunicarnos con otras estaciones, bien sean de barco o estaciones terrestres, de una manera clara, rápida y barata, ya que no tienen coste alguno, salvo la inversión que hayamos hecho en el radioteléfono al comprarlo.
Hoy en día podría parecer que debido a la generalización del uso de los teléfonos móviles, la utilización de la radio no es tan importante. Nada más lejos de la realidad. Yo diría, más bien, que son equipos diferentes pero a la vez complementarios entre sí.
El alcance de un equipo de Vhf en condiciones óptimas en cuanto a su instalación y altura de la antena, se establece por seguridad en unas 25 millas aproximadamente. En ocasiones este alcance puede verse disminuído si existen obstáculos intermedios entre la antena emisora y la antena receptora, tales como cabos, montañas o instalaciones portuarias de grandes dimensiones. En mar abierto será donde siempre se podrá llegar al máximo de alcance ya que no hay obstáculos. Todo esto también condicionado por la correcta instalación del equipo y accesorios (cableado, conexiones y antena).
El alcance del teléfono móvil, sin embargo, siempre estará sujeto a la cobertura que le proporcionen las antenas instaladas en tierra, con lo cual, a medida que nos alejemos de la costa, esa cobertura se verá disminuída.
Aparte de lo anteriormente expuesto, por el radioteléfono recibiremos partes meteorológicos y avisos a los navegantes, que son fundamentales para poder navegar con seguridad y estar bien informados de todas las novedades que puede haber por la zona donde naveguemos. Cada dos horas, normalmente, recibiremos un parte meteorológico. Estos partes suelen alternarse entre previsiones para las aguas costeras (20 millas) y previsiones para alta mar. Con lo cual, cada cuatro horas tendremos información actualizada del tiempo.
Volviendo a la combinación de ambos equipos, es cierto que llevar los dos a bordo nos puede complementar muy bien las comunicaciones. Un inconveniente que suelen tener los teléfonos, es que no son resistentes al agua. Sin embargo, la mayoría de los radioteléfonos de banda marina sí que lo son. Por ello conviene proteger el teléfono con una funda estanca de las que suele haber en el mercado para los diversas marcas de los aparatos. De este modo nos aseguraremos de que si tenemos que utilizar el teléfono, incluso en el agua, éste funcionará.
Una gran ventaja que tienen hoy en día los teléfonos móviles, es que casi todos disponen de conexión a internet y además llevan incorporado un Gps, con lo cual en un único aparato tendremos también la posibilidad de enviar las coordenadas de nuestra posición de una manera automática.
También ha supuesto un gran avance en las radiocomunicaciones marinas, el hecho de que los radioteléfonos modernos llevan incorporada la Llamada Selectiva Digital (LSD), que nos permite hacer llamadas de Socorro de una manera rápida y clara, y con la ventaja de que al ir el equipo conectado a un GPS, los datos de la posición del barco y la hora saldrán automáticamente. Por otro lado, este sistema permite realizar llamadas individuales a otras estaciones con la ventaja que tiene en cuanto a la privacidad de dichas llamadas. Además, esto evita que ocupemos el canal 16, que es el que se utiliza para los mensajes de socorro por la voz (Mayday) y también para llamar a otras estaciones.
Desde hace cinco años, es obligatorio realizar un curso de Radiocomunicaciones para obtener cualquier titulación náutica en España, lo que hace que el futuro patrón de una embarcación de recreo pueda adquirir los conocimientos mínimos para poder manejar un radioteléfono de banda marina con seguridad y, de este modo, poder explotar al máximo las posibilidades que estos equipos nos ofrecen.