Un dilema para muchas personas que se lanzan al mundo de la náutica es la elección del barco adecuado a sus necesidades de navegación.
Probablemente, lo que va a condicionar tan difícil elección será, sin duda alguna, el presupuesto del que se dispone. Además estará también la duda entre la compra de un barco nuevo o un barco usado.
Otra cuestión muy importante es el tipo de navegación que pretendemos hacer. No podemos poner al mismo nivel la navegación de día o de unas pocas horas durante una jornada, que la navegación durante varios días, lo que conocemos como travesía.
Se podría afirmar sin equivocarse demasiado, que el tipo de navegación que se hace con más frecuencia con una embarcación de tamaño mediano, es la diurna y de unas pocas horas. Para ello no necesitamos un barco de gran tamaño, con los gastos que conlleva de amarre, combustible, etc. En ese tipo de navegación será suficiente con una eslora de entre los 6 y los 10 metros. Más eslora supondrá también mayores gastos para el armador.
También es cierto que en el mar se suele cumplir el famoso dicho de «ande o no ande, caballo grande». La mayor eslora en un barco proporciona un mayor confort a la hora de afrontar malas condiciones de mar y eso da mucha seguridad. Pero en cualquier caso también será más complicado encontrar la tripulación suficiente para marinarlo con tranquilidad. Con una embarcación pequeña podremos navegar con tripulación reducida, e incluso en solitario sin mayores complicaciones.
Otro detalle importante es si compramos un barco nuevo o usado. El mercado de embarcaciones de segunda mano ha crecido con la crisis, teniendo en la actualidad muy buenas ofertas. El problema suele ser acertar con la elección. Normalmente hay que mirar mucho y dar con el barco adecuado, cumpliéndose la siempre deseada regla de las tres «B»: bueno, bonito y barato. Cuidado con las gangas del tipo: «pocas horas de motor, 10 años y en perfecto estado». Probablemente nos encontremos con graves problemas debido al abandono que, casi con toda seguridad, habrá sufrido el pobre barco.
Acudir a un broker de barcos es una buena opción para que nos oriente adecuadamente. Existen también peritos especializados en barcos que nos podrán dar una buena valoración del barco que nos interese comprar y nos garanticen que el barco cumple con lo anunciado por el vendedor y no nos den «gato por liebre».
En resumen, la compra de un barco es un desembolso importante para el cual debemos amarrar muy bien todos los detalles antes de firmar la compra-venta.