Además del variado vocabulario náutico, del cual poníamos una serie de ejemplos por orden alfabético en el artículo anterior, también existen muchos refranes en el idioma español que se refieren al mar y que esconden una gran sabiduría, fruto de la experiencia de los que los inventaron.
Vamos a ver unos cuantos y explicaremos su significado, aunque si somos un poco entendidos en la materia, enseguida los comprenderemos:
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A mucho viento, poca vela. Significa que cuando el viento arrecia conviene reducir trapo para que el barco navegue correctamente y para no comprometer la seguridad del mismo.
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Barco a la capa, marinero a la hamaca. Quiere decir que cuando el barco está capeando, es decir, en una posición en la que con mal tiempo se mantiene con la amura hacia la mar y con poca vela o máquina, hay poco que hacer y se puede descansar.
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Carga la nao trasera, si quieres que ande a la vela. El barco navega mejor cuando su asiento es algo apopante, es decir, cuando está un poco más sumergida la popa que la proa, ya que en la popa están los elementos de gobierno y responderá mejor al timón. Por otro lado, la proa al ir más airosa, embarcará menos olas.
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En el cabo de Trafalgar, o muy en la tierra o muy en el mar. Conocidos son por los navegantes de la zona de Trafalgar los bajos que existen en la zona intermedia y por lo tanto será mejor navegar atracado a la costa o bien abierto de ella.
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Fuego fatuo y sur soplando, el tiempo va empeorando. Cuando viene mal tiempo suele soplar en nuestras latitudes el viento del Sur y puede producirse, debido a la carga de electricidad estática que traen las tormentas, el fuego de “San Telmo”, en la parte alta de los palos.
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Gaviotas en el huerto, temporal en el puerto. Cuando las gaviotas están en tierra, suele ser signo de mal tiempo. Se suele observar sobre todo en las playas. También hay un refrán en idioma gallego que viene a decir algo similar aunque de un modo un poco más grosero: “Gaivotas á terra, mariñeiros á merda”. Nos ahorramos la traducción porque es fácilmente comprensible.
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Hablar de la mar y en ella no estar. Se suele decir de los que en las tabernas de los puertos hablan y opinan mucho sobre los barcos y la mar pero no pisan una cubierta jamás.
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Los truenos y el mar, enseñan a rezar. Creo que está de más explicar el significado del temor del hombre hacia ambos elementos.
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Más vale fortuna en tierra que bonanza por la mar. Que por mucho que se navegue en buenas condiciones, siempre será más seguro hacer fortuna en tierra por la mayor seguridad que en el mar.
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Náufrago que vuelve a embarcar, y viudo que reincide, castigo piden. Significa que no hay que tentar a la suerte dos veces, por si acaso.
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Quien pasa la Marola, pasa la mar toda. Se refiere a una isla que hay en la costa gallega y en la que la mar arbola mucho. Por lo tanto, quien no sufre ningún percance allí, puede navegar tranquilamente por todos los mares del mundo.
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Si ves las estrellas brillar, sal, marinero, a la mar. Significa que si hay estrellas brillantes y cielo despejado, se esperan buenas condiciones meteorológicas para navegar.
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Una ola nunca viene sola. Las olas suelen formar trenes que se denominan “las tres Marías” y por lo tanto hay que estar precavidos porque si nos rompe una ola a bordo, seguro que detrás vendrán unas cuantas más.
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Vale más palmo de vela que remo de galera. La vela evitará que se tenga que remar, siempre que el viento acompañe, evidentemente.